Amigos de la infancia

Hay personas importantes que dedican gran parte de su trabajo a los niños. Nosotros queremos agradecerles su tiempo, su esfuerzo y la inteligencia que comparten dedicándoles esta sección, yendo a su encuentro y conversando con ellas sobre temas que nos interesan en la escuela.
(Entrevistas realizadas por Juan Ignacio Pérez)

 

Concha López Narváez

Concha López Narváez ha sido durante muchos años una de las escritoras para niños y jóvenes más importante de nuestro país. Nacida en Sevilla, marchó a Madrid para desarrollar su labor literaria dando a luz hermosos libros como Las horas largas, Memorias de una gallina o El viaje de Viento Pequeño, este último ilustrado por su hijo, el también famoso Carmelo Salmerón.
Amiga de estudiar la vida de la gente de campo, algunos de sus libros no solo nos entusiasman por sus historias sino también por sus conocimientos sobre antiguas y valiosas costumbres ya perdidas. A ella dedicaremos este mes en la biblioteca, así que nos acercamos para hacerle estas preguntas:

¿Fuiste lectora cuando niña?
Fui una verdadera “leona”, sobre todo porque escuchaba leer a mi padre.
¿Cuáles fueron tus libros favoritos?
Los de Richmal Crompton, Karin Michaelis, Elena Fortún y Edmundo de Amicis.
Cuando alguien abre un libro parece que ocurre algo maravilloso. ¿Qué crees que es?
Personalmente me ocurre que empiezo a vivir una vida que antes no era mía.
Siendo una lectora tan apasionada, ¿cuándo decidiste dedicarte a escribir?
Justo cuando dejé definitivamente la enseñanza.
Y entre todos tus libros, ¿a cuál le tienes un cariño especial?
Si tengo que elegir alguno, escojo mi primer libro, La Tierra del Sol y la Luna.
Tus libros tienen mucha aceptación tanto entre adultos como entre niños. ¿A qué crees que se debe este interés tan generalizado?
Nunca pienso en un público espcial cuando escribo. Después, cuando la historia está terminada, veo para qué edad puede venir bien y entonces corrijo y retoco en función de eso. Cuando escribo, en lo único que me centro es en los personajes.
¿Eso es lo que ocurre en títulos como Memorias de una gallina?
Claro, creo que los pequeños se compenetran muy fácilmente con los animales, y además es una forma de mostrar problemas sin que ningún niño se sienta señalado con el dedo.
Este libro tuvo tan buena aceptación que te dio pie a realizar una pequeña serie, añadiendo Las aventuras de Picofino y El gran amor de una gallina. ¿Seguirá la saga??
No lo pensaba, pero me han pedido mucho que escriba sobre los hijos de Carolina.
En tu libro Las horas largas aparecen relatos populares puestos en boca de los pastores. ¿Te interesan mucho estas antiguas historias?
Siempre me han interesado mucho los relatos populares. Durante toda mi infancia viví en el campo y creo que, aunque se remontan a muchos siglos atrás, estos cuentos son de todos y siempre están vigentes. Cualquiera puede adaptarlos según vea conveniente.
Imagino que habrás tenido multitud de encuentros con tus lectores. ¿Qué recuerdas con más cariño de esos momentos?
Los muchos besos, húmedos y tiernos, de los más pequeños.
Para finalizar, Concha, ¿qué cinco libros recomendarías a un niño o niña que quiera empezar a formar una buena biblioteca?
Pues… El hombrecito vestido de gris, Algunos niños, tres perros y más cosas, El calcetín del revés, Los hijos de Lúa y, por no quedarme fuera, Memorias de una gallina.
Gracias por tus palabras, Concha.
Gracias a ti y espero que el alumnado de vuestro centro, gracias a la biblioteca, pueda encontrar los pequeños y alegres duendes que se esconden entre las páginas de los libros.



¿Quieres conocer algunos libros escritos por Concha López Narváez para niños?
Aquí los tienes:


  • El árbol de los pájaros sin vuelo (1987).
  • Un puñado de miedos (1988).
  • Amigo de palo (1988).
  • Memorias de una gallina (1989).
  • El tiempo y la promesa (1991).
  • Flock y la isla verde menta (1991).
  • Las Cabritas de Martín (1994).
  • Aventuras de picofino (1995).
  • Parasubidas (1995).
  • El viaje de Viento Pequeño (1996).
  • Nieve de julio (1996).
  • No eres una lagartija (1996).
  • El gran amor de una gallina (1997).
  • El patito feo (1998).
  • La Tejedora de la Muerte (1998).
  • Tomás es distinto a los demás (1998).
  • Tinka (1998).
  • La princesa Luna y el príncipe Sol (1999).
  • El cumpleaños de Tina (2001).
  • El invierno del señor Oso (2001).
  • Una familia de pingüinos (2001).
  • Vuelos sobre la selva (2001).
  • Beltrán en el bosque (2002).
  • Beltrán el erizo (2002).
  • El príncipe y el espejo (2003).
  • Paula y el rey niño (2003).
  • Paula y el amuleto perdido (2003).
  • Blas y Lúa (2004).
  • La leyenda del viajero que no podía detenerse (2004).
  • El oso cansado (2005).
  • Andanzas de Cristóbal Colón (2006).
  • El cernícalo Porqué (2006).
  • Ahora somos tres (2007).
  • Andanzas del conde Lucanor (2008).
  • Cerdita quiere otra mamá (2009).
  • Paula y los caballeros de la Muerte (2010).
  • Paula y el secreto del romano (2010).
  • Sí, soy una lagartija (2011).
  • Andanzas en la villa de Fuenteovejuna (2012).
  • Mi amiga Santa Teresa de Jesús (2015).
  • Andanzas de Los miserables (2015).
  • El viaje de Viento Pequeño (2016).
  • Cuentos de colores de animales (2017).
  • Paula y el amuleto perdido (2017).
  • Krac y Croc (2017).
 

Carlos Murciano


Carlos Murciano, nacido en el precioso pueblo de Arcos de la Frontera (Cádiz), tiene una escultura en Estepona, justo en el Pasaje de los Poetas Andaluces. Y con justo merecimiento. Ha sido Premio Nacional de Poesía y Premio Nacional de Literatura Infantil.
Viajero incansable por el mundo de la Fantasía, estuvo en las mismísimas Islas del Sueño, de donde nos ha ido trayendo, en cada uno de sus libros, los más fabulosos personajes, las palabras más bellas de nuestro idioma y las historias más apasionantes.
Cierto día, nos encontramos en uno de esos viajes y respondió a nuestras preguntas de esta manera:
¿Cuándo empezaste a escribir para niños?
Empecé en 1980. Mis hijas mayores (mellizas) tenían en su cuarto un poster pintado por Sara Kay en el que una niña muy graciosa con gafas, trenzas, delantal de volantes y una cartera con libros, iba al colegio o regresaba de él. Ese personajillo se metió dentro de mí y así fue como surgió el libro Las manos en el agua con esa niña como protagonista.
Bonita fuente de inspiración.
Todo es válido cuando el escritor tiene la suficiente sensibilidad e imaginación para trasladarlo al papel.
Vemos en tus libros que disfrutas creando palabras y personajes que no existen, como rabinto, paranganalio, comono, atanegua… A veces llegamos a creer que existen en algún recóndito lugar.
La materia que el escritor maneja es la palabra; merced a ella, se expresa y es. Amo las palabras, las que son y las que invento. Inventarlas con oportunidad, con gracia, es un don al que el escritor no debe renunciar. Me sucede igual con los seres fantásticos: no me conformo con los muchos existentes, me gusta crearlos. Lo que ocurre es que nuestra lengua es tan rica que, con frecuencia, me sirvo de animales que parecen inventados pero que no lo son. Así ocurre en uno de mis libros con el escinco (un saurio acuático, terror de los huevos y las crías de los cocodrilos) o con el tarsio (un primate del tamaño de una ardilla con ojos enormes). Creo que mi mejor colección de animales fantásticos está en mi libro Ciflos, lirolos y paranganalios.
Para tener tanta imaginación, debiste ser un gran lector de pequeño.
Lo fui pero tenía un inconveniente: vivía en un pueblo andaluz en una época después de una guerra. Los cuentos de Perrault y Grimm eran los que estaban más a mano, pero recuerdo sobre todo a Andersen, por su distinta manera de escribir.
¿Y ha quedado algo de tu pueblo gaditano en tus libros?
Soy lo que soy por gaditano, por andaluz. Mi pueblo y mi tierra van conmigo siempre y se filtran de muy diversas formas en mi escritura.
¿Qué otros recuerdos guardas de tu infancia?
Mis padres, mis abuelos, mis hermanos, mis amigos, mi pueblo, en el que entonces se podía jugar en las calles y plazas. Jugábamos a la rueda, a la comba, a la peonza, al aro, a la peonza, a las canicas, cosa hoy imposible: las calles y las plazas son ahora de los automóviles, quietos o en movimiento, y los niños están en casa sentados frente al televisor o los videojuegos.
¿Qué puede hacer un escritor para mejorar la vida de los niños y niñas?
Uno lo que pretende es conectar con ellos, entrar en su mundo, en sus sueños, compartir su ilusión y avivarla.
No debe ser fácil; de hecho, alguna vez hablaste de la “difícil facilidad de escribir para niños”.
Acaso el secreto está en el niño que guardo dentro, vivo y en pie. Llevo setenta años con la pluma en la mano (pues escribo siempre con pluma estilográfica) y eso me ha dado experiencia, aunque hay grandes escritores veteranos que no saben escribir para niños.
Has tenido muchos encuentros con los pequeños lectores. ¿Recuerdas algún momento especial de esos momentos?
Tengo muchísimos recuerdos. Siempre refiero el de una niña de Almería, de 8 o 9 años, que me preguntó si yo era amigo de Miguel de Cervantes.
¿Es cierto que son tuyas las letras de canciones tan importantes como Abuelito, dime tú de la serie Heidi, la canción de Sandokan o las del Osito Misha cuando las olimpíadas de Moscú?
Mías son, efectivamente. Fueron unos trabajos discográficos que realicé durante algunos años mientras viajaba a Oxford, a Roma o a Milán, porque también adapté canciones de grandes artistas italianos de la época: Nicola di Bari, Lucio Battisti, Lucio Dalla, Claudio Baglioni, Gianni Morandi o Domenico Modugno. Y para niños, muchas más. Tengo un bonito recuerdo de aquellos trabajos.
Pues vaya sorpresa. Hay muy poca gente que lo sabe y, la verdad, lo justo sería reconocerlo.
Sí, y casi nadie lo cree, pero ahí está mi trabajo, registrado incluso en la Sociedad General de Autores para que quien quiera lo pueda comprobar.
Nosotros lo reconocemos, así como tu gran labor como escritor de más de cien libros. ¿Quieres enviar algún mensaje para nuestros lectores?
Claro que sí. Leed siempre, leed mucho y, de vez en cuando, leed algún libro de Carlos Murciano.

¿Quieres conocer algunos libros escritos por Carlos Murciano para niños?
Aquí los tienes:

·         Las manos en el agua, 1981.
·         El mar sigue esperando, 1982, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.
·         La bufanda amarilla, 1986.
·         Lirolos, Ciflos y Paranganalios, 1988.
·         La niña calendulera, 1989, seleccionada por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez como una de las cien mejores obras de la literatura infantil española del siglo XX.
·         Duende o cosa, 1990.
·         Me llamo Pablito, 1995.
·         Un ave azul que vino de las islas del sueño, 1996.


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Lorenzo Vidal


Lorenzo Vidal

El 30 de enero de cada año se celebra el Día Escolar de la No-Violencia y la Paz para recordar el día que fue asesinado Mahatma Gandhi. Aunque muchas personas creen que el DENIP es una iniciativa surgida de la UNESCO (por el apoyo que le presta esta institución), lo cierto es que esta actividad de ámbito mundial nació en Andalucía, concretamente en la provincia de Cádiz y de la mano del inspector de Educación Lorenzo Vidal, un mallorquín afincado en nuestra tierra durante más de cuarenta años.
Sus obras educativas y literarias y sus iniciativas sociales lo convierten en un gran humanista comprometido con las grandes causas: la paz, la tolerancia, la convivencia, los derechos humanos… Pero es en el trato afable y sereno con los que tiene cerca donde se reflejan sus enormes valores personales. Realmente, ha sido una gran suerte haber podido contar con una persona como él en nuestro entorno.
Para empezar, no pudimos evitar hacerle la pregunta que quizás más veces le hayan formulado:
Lorenzo, ¿qué es para ti la paz?
Por paz entiendo el estado agradable y armonioso que nace de la amistad, de llevarse bien, de respetarse y tolerarse unos a otros, de no usar la violencia unos contra otros, sino intentar llegar a una armonía que nos comprenda a todos sin diferencias de raza, de lengua, de color, de modalidad de vida, etc.
¿Qué fue lo que te llevó a crear el DENIP?
Vivimos en una sociedad que está llena de violencias, ya sea entre los países o entre los individuos. Pensé, en un momento determinado, que sería bueno, desde la escuela, despertar y cultivar el valor del amor universal para saber resolver los problemas sin acudir a la violencia destructora, llegando a la armonía que todos deseamos.
¿Y en qué momento comenzó a funcionar?
Fue durante unas conferencias en Rota y en el Puerto de Santa María, en octubre de 1963. Divulgué la idea entre los presentes, fue muy bien acogida y la publicamos a la vez en castellano, mallorquín y francés. Así, desde el primer año ya obtuvo dimensión internacional.
¿Qué difusión tiene actualmente?
En España se celebra en casi todos los colegios; en otros países, algo menos, pero tenemos testimonios de los lugares más diversos: Australia, Nueva Zelanda, Canadá, América Latina, Estados Unidos, todos los países mediterráneos, de Asia, África… Es algo que cuando nació obedeció a una necesidad sentida por todos y ha sido muy acogida por el profesorado. Ahora, aunque lo recordemos cada año, el DENIP continúa su marcha por sí solo. Y, aunque nació como actividad escolar, se ha generalizado a otras esferas. Por ejemplo, la conocida asociación vasca Gesto por la paz nació con motivo del DENIP.
¿Qué actividades escolares destacarías en estos años?
Ha habido muchas actividades de tipo expresivo, dinámico, verbal, testimonial… Sin embargo, creo que lo más importante del DENIP es la reflexión que uno haga individualmente consigo mismo: cuál es mi actitud frente a los valores del respeto, del amor universal…, qué es lo que yo puedo hacer en mi vida cada día, en la relación con los miembros de mi familia, con mis amigos, con los demás compañeros de la escuela… Y, si además de esto, surge alguna actividad de expresión plástica o dinámica que trate de dar forma a este mensaje, muchísimo mejor.
¿Hacia dónde crees que se dirige el DENIP?
Pues le pasará como a las coplas, como decía Machado, que hasta que el pueblo no las canta coplas no son, y cuando las canta, nadie quién es su autor. Se extenderá por todo el mundo, aunque pocos sepan quién fue su fundador. Y en cuanto a los contenidos, se ha pasado de celebrarlo para recordar que hay guerras hasta llegar a la esfera de la convivencia, del comportamiento individual, puesto que, en la medida que los nuevos ciudadanos sean no-violentos, se conseguirá una sociedad no-violenta, pacífica y fraternal.
Es un poco aquello del que tenía un bosque seco y se le ocurrió hacer un bosque verde reordenando los árboles secos y cambiando así la estructura del bosque. Siguió siendo un bosque seco. En cambio, otro lo entendió mejor y taló los árboles secos, sembró árboles nuevos y obtuvo un bosque nuevo. No basta cambiar la estructura, sino que tienen que cambiar los individuos que forman esa estructura.
Cuando los niños sean adultos y tengan sus responsabilidades, dirigirán el mensaje del DENIP a esferas más amplias. Algún día, esta celebración se terminará, pero si ha sido una antorcha en la cual se han alumbrado otras antorchas, pues ya se ha cumplido su misión.

Más información sobre este poeta, educador y pacifista

Lorenzo Vidal Vidal nació en Santanyí (Mallorca) en 1936. Maestro por la Escuela Normal de Palma de Mallorca, licenciado y doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona e inspector de Educación en la provincia de Cádiz desde 1963, es el fundador y coordinador del «Día Escolar de la No-violencia y la Paz», iniciativa pionera y promotora de la Educación No-violenta y Pacificadora que, desde 1964, sin interrupción y con una progresiva difusión, se practica anualmente en miles de escuelas de España y del extranjero, y por el que han encendido su antorcha numerosas de las actividades de Educación para la Paz y la No-violencia existentes en la actualidad a nivel regional, nacional e internacional. 
Obras pedagógicas suyas son: «En torno al problema de las lenguas regionales en España» (1964), «Orientaciones sobre la celebración del ’Día escolar de la no-violencia y la paz’» (1965), «Evangeliario» (1966), «Pequeño libro de un solitario» (1968, 1977 y 1982), «Fundamentación de una pedagogía de la No-violencia y la Paz» (1971), «Ideario No-violento. 33 preguntas y respuestas sobre la No-violencia y la Paz» (con la colaboración de Eulogio Díaz del Corral) (1981), «El joven buscador de la paz» (1982) y «El DENIP como experiencia práctica de Educación Pacificadora» (1985). Es autor, asimismo, de cinco libros de poemas en mallorquín, la lengua de su infancia, y de innumerables artículos publicados en revistas, diarios y obras colectivas de diferentes países.

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José Antonio del Cañizo


José Antonio en el Jardín
José Antonio del Cañizo es uno de los autores más premiados y leídos de nuestro país. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas, siendo conocidos por regalarnos unas historias llenas de ternura, humor e imaginación.
Nacido en Valencia, ha vivido casi toda su vida en Málaga, donde ha sido director del Jardín Botánico de la Concepción, habiendo escrito también varios libros sobre jardinería y paisajismo. Los mayores lo conocen más por estos que por sus libros infantiles.
Leer sus relatos es como estar viéndolos en una película, y es que José Antonio estudió Dirección Cinematográfica y es un enamorado del que llaman Séptimo Arte, el cine.
Nos encontramos en el Jardín de la Concepción y allí, entre palmeras, glicinias y enredaderas imposibles, hablamos sobre sus libros para niños:


¿Cuándo empezaste a escribir libros infantiles?
Empecé contando cuentos a mis hijos cuando tenían cinco o seis años. En vez de contarles Caperucita Roja o algo por el estilo, me inventaba unas historias en las que ellos eran los protagonistas. Empezamos a grabarlas y de ahí salieron Las fantásticas aventuras del caballito gordo, que son las aventuras de un caballito y de mis tres hijos. Mi mujer las pasó a máquina y gané, siendo un novato, el accésit del Premio Nacional. Mientras se publicaba, me inventé nuevas historias que titulé Las cosas del abuelo, con el que gané el premio Lazarillo. Así, con dos premios importantes en mis dos primeros libros, descubrí que me divertía mucho dejando volar la imaginación y que podía ayudar a los niños a amar la lectura a través de historias muy atractivas para ellos.
¿Tan importante te parece que los niños lean?
Sí, fíjate: el niño que hoy en día se aficione a leer va a ser luego un adulto más libre, más abierto. en una palabra, más persona.
¿Y qué les dirías a los niños y niñas para animarles a leer?
Que se pasa bomba, aunque al principio dé pereza. Es una afición que te llena y que deja volar la imaginación. Merece la pena asomarse a una biblioteca, elegir un libro y disfrutar con lo que otros han dejado allí durante siglos.
¿Cuáles son los temas que te inspiran para escribir?
Me inspiro en todo lo que hay a mi alrededor. Voy anotando las cosas que veo y las ideas que me inspiran. Luego, de ahí van saliendo las historias. Por ejemplo, El maestro y el robot surgió de un viaje a un pueblecito de Aragón donde solo había niños y viejos, los demás habían emigrado a otros lugares. Se me ocurrió escribir un libro donde los niños tuvieran que ocupar el puesto de los adultos: uno de alcalde, otro de peluquero y otro de panadero.
Tanto este como tus otros libros han tenido mucho éxito y muchos lectores. ¿Recuerdas alguna anécdota con ellos?
Sí, claro. Una vez, una niña me escribió preguntándome si lo que había ocurrido en El maestro y el robot era verdad o no. Me decía: “Es que si eso hubiera ocurrido de verdad habría salido en la tele”. Esta niña había vivido la historia que escribí gracias a esa capacidad que tienen los niños de vivirlo todo intensamente. ¡Por el mismo precio, esta niña disfrutó el doble!
Y como lector, ¿cuál es tu libro favorito?
Tengo muchos, pero creo que La isla del tesoro es la obra maestra de la literatura para todos los públicos. Es de esos libros que en una casa pueden cogerlo desde el niño al abuelo. Para mí es la historia mejor contada.
Hablando de abuelos, ¿por qué son tan importantes en tus libros?
Porque cualquier niño, cuando sueña con vivir aventuras, piensa en ir con algún amigo, con algún personaje fantástico o con sus abuelos. El abuelo y la abuela hacen en la vida ese papel de jugar con los niños y vienen muy bien para los personajes que creo: la abuela que hace un curso de hadas por correo, el abuelo imaginativo… Los padres suelen estar muy ocupados.
Por último, ¿quieres dejar un mensaje a los jóvenes que se acercan a La BiblioTecla?
Claro, encantado. Deseo que os aficionéis mucho a leer historias divertidas, emocionantes, fantásticas y de misterio, pues se pasa bomba. Un abrazo para todos.

¿Quieres conocer algunos libros escritos por José Antonio del Cañizo?

  • 1980. Las fantásticas aventuras del caballito gordo.
  • 1982. Las cosas del abuelo.
  • 1983. El maestro y el robot.
  • 1984. En busca de Marte el Guerrero.
  • 1987. El pintor de recuerdos.
  • 1987. Oposiciones a bruja y otros cuentos.
  • 1988. Calavera de borrico y otros cuentos populares.
  • 1989. Inventando el mundo.
  • 1990. Los jíbaros.
  • 1993. Una Vida de película.
  • 1993. Un león hasta en la sopa.
  • 1994. Con la cabeza a pájaros.
  • 1995. ¡Canalla, traidor, morirás!.
  • 1995. El Comprador de Vidas.
  • 1996. El castillo invisible.
  • 1998. Con la música a otra parte.
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Antonio Rodríguez Almodóvar


Antonio el día que hicimos la entrevista
Antonio Rodríguez Almodóvar (Alcalá de Guadaira, 1941) es, según algunas personas, el autor más leído por los niños españoles (de su colección Cuentos de la media lunita se han vendido más de un millón de ejemplares) y, según otras, la persona que ha sacado a flote la rica y olvidada mitología popular española, demostrando que aquí tenemos nuestros propios pulgarcitos, cenicientas, blancanieves y bellas durmientes. Es, en resumen, uno de los últimos buscadores de tesoros, de esos tesoros fantásticos conocidos como cuentos populares, cuentos de viejas o cuentos de hadas, que han estado a punto de perderse para siempre. No en vano, la escritora Ana María Matute lo llamó en su día “el tercer hermano Grimm” (ya sabéis que los hermanos Grimm fueron los rescatadores de antiquísimos cuentos europeos hace doscientos años).
Pues bien, Antonio es andaluz (concretamente sevillano) y tiene tantas cosas en común con nosotros que no hemos dudado en visitarlo y hacerle una pequeña entrevista para La BiblioTecla.
Antonio, ¿cuándo empezaste a escribir?
Pues ya casi ni me acuerdo. En mi adolescencia debió ser, aunque a veces tengo la sensación de que hace tanto tiempo que ocurrió en una vida anterior.
¿Te influyó lo que viviste en tu infancia para hacerte escritor?
Creo que no. Mi infancia está en una especie de burbuja porque me la arrebataron bruscamente, ya que yo nací justo después de una guerra y en medio de una época en la que se pasaban bastantes calamidades.
¿Cuáles fueron tus lecturas preferidas cuando niño?
De niño yo leía muy poco, salvo tebeos y cosas por el estilo. Comencé también en mi adolescencia por libre decisión mía, probablemente para compensarme de tantas carencias. Había que buscar una forma de engañar al hambre y a la tristeza.
¿En qué te inspiras para escribir?
Si es para niños, me inspiro en la tradición oral, en esos relatos que se han contado de abuelos a nietos en nuestra tierra. Si es para mayores, me inspiro en cualquier tema que me motive.
¿Y por qué das tanta importancia a esos cuentos de nuestros bisabuelos?
Porque acarrean un montón de símbolos culturales, necesarios para la misma “arquitectura” de nuestra mente. Un niño que no haya escuchado o leído muchos cuentos tendrá serios problemas de comprensión y adaptación. Los cuentos desarrollan armónicamente la inteligencia, la memoria y la imaginación.
Entonces, ¿consideras importante que los ciudadanos de hoy conozcan los viejos relatos que proceden de la tradición oral?
Tan importante como que puede ser la última oportunidad.
¿Se ha perdido ya la cadena espontánea de transmisión oral, esa costumbre de sentarse los más pequeños a escuchar historias narradas por los más ancianos?
Está muy debilitada, pero tenemos que reforzarla entre todos.
¿Seguirás publicando cuentos de este tipo?
Claro, hay que continuar con la serie de la Media Lunita, que tanto éxito tiene desde hace muchos años; hay padres que me dicen que fueron los cuentos de su niñez y ahora lo son de sus hijos, y eso me anima a seguir recuperando viejos relatos y a darlos a conocer. También los publico para los mayores porque estos cuentos populares no son solo para los niños, son para cualquier persona que quiera ahondar en la cultura donde ha nacido.
¿Qué se puede aprender de un cuento popular?
En cada cuento se aprende algo distinto: en del gallo Kirico se aprende que es un gallo presuntuoso, individualista, egoísta  y calculador, mientras que el Medio Pollito es humilde, solidario y  busca la justicia (el rey le ha pedido prestado su medio real y no se lo ha devuelto); el cuento de La niña que riega las albahacas enseña que uno puede burlarse del poder, en forma de príncipe abusador. En fin, cada relato tiene un buen racimo de enseñanzas con las que aprendía la gente que no iba a la escuela pero se concentraba escuchando cuentos a sus mayores.
Y de los muchos cuentos que has publicado, ¿cuál es el que tiene una especial significación para ti?
El cuento rey me sigue pareciendo Blancaflor. Por eso le he dedicado una de mis novelas más importantes, El bosque de los sueños.
También has hecho varias películas sobre estos relatos antiguos.
Sí, y tuvieron una aceptación magnífica, tanta que se llegaron a ver en muchos países de Europa con los que compartimos personajes, historias y sentimientos.
¿Los viejos cuentos nos pueden dar aún alguna sorpresa o ya está todo dicho en esta materia?
La sorpresa ya la han dado. Gustan más de lo que muchos creían.
Siendo escritor, te parecerá importante la lectura, ¿no?
Claro, la lectura es como un juguete que te entretiene, te forma y te divierte, pero lo más importante es que es un juguete que nunca se rompe.
Ahí queda eso. Lo anotamos pulsando las teclas de la BiblioTecla.


¿Quieres conocer algunos libros escritos por Antonio Rodríguez Almodóvar?

Novelas y relatos para jóvenes y adultos
  • Variaciones para un saxo (novela).
  • Un lugar parecido al paraíso (novela).
  • Animales de aventura. (Álbum de iniciación lectora).
  • El Bosque de los sueños I (relatos).
  • El Bosque de los sueños II (novela).
  • Cuéntame un cuadro. (Relato-catálogo sobre el Museo de Bellas Artes de Sevilla).
  • El bosque de los sueños (serie completa, cinco narraciones). Premio Nacional de Literatura Infantil, 2005.
  • El hombre que se volvió relativo. Algaida, Sevilla, 2005.
Poemas
  • A pesar de los dioses (poemas).
  • Poemas del viajero.
Teatro
  • La niña que riega las albahacas.
  • El parlamento de los animales.
  • La princesa del lunar. (Junto a José Antonio Francés).
  • La princesa que nunca se reía.
Cuentos
  • Cuentos de la Media Lunita (más de 60 títulos aparecidos en esta colección, muchos de ellos disponibles en nuestra biblioteca).
  • Historia de un viejo tren (cuento).
  • El sapo y la rana se saltan la evolución.
  • El pozo del otro mundo.
  • Cuentos populares españoles.
  • La verdadera historia de Caperucita.
  • De cómo las manzanas de oro...
  • Mami, ¿yo he sido un pez?
  • La bruja que se comía las palabras bonitas.
  • Amor gasta zapatos de hierro.
  • Blanca de Nieve y sus siete hermanos.
  • La hija del diablo.

2 comentarios:

  1. Una entrevista muy fácil de entender y sentir un poco de vergüenza pues aún habiendo leídos algunos cuentos, sobretodos los más conocidos, no había escuchado ni su nombre,siendo quien es.Gracias Miriam

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  2. Aunque no halla leído ninguno de esos libros , pero estoy segura que están muy divertidos.. NATALIA.

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